domingo, 2 de mayo de 2010

"El principio de la educación es predicar con el ejemplo".

Que nuestro sistema financiero está en crisis está claro, pero ¿qué pasa con el sistema educativo?
¿Qué ha sido de los valores que se tenían antes? Es cierto que el temor que se le tenía hace años a los profesores era excesivo y no era un buen método de enseñanza, pero entre eso y la falta de respeto al profesorado que existe en la actualidad debería existir un término medio. Ayer mismo leía en el periódico la noticia de una madre que había abofeteado a la directora del colegio en el que estudia su hijo porque le había mandado a casa a cambiarse de ropa porque éste había acudido a clase en pijama. Y así, muchísimos casos más.
¿Dónde han quedado los principios de algunos padres?

En mi opinión, la causa de estos resultados es la pérdida gradual de valores por parte del alumnado. Ir al colegio ya no es un estímulo, sino una obligación. El fracaso escolar aumenta y también el abandono. Los alumnos no se marcan metas, no se paran a pensar en lo que quieren conseguir y cómo pueden lograrlo. Además algunos padres parecen olvidarse que la educación de sus hijos no solo corresponde a los profesores, sino que es en casa donde más tiempo hay que dedicar a educar a los hijos. "El principio de la educación es predicar con el ejemplo", y con razón. ¿Qué esperamos de niños que saben que hagan lo que hagan van a ser defendidos por sus padres incluso cuando no tienen razón? Y ¿qué esperamos de padres que no ponen en duda lo que dicen sus hijos y son los primeros que ven la escuela como un lugar al que sus hijos deben acudir porque así lo estipulan las leyes? Pues evidentemente nada bueno. Menos educación, menos respeto y futuros ignorantes que, de haber sido educados de otra forma, podrían estar ocupando un puesto de trabajo con el que se sintiesen verdaderamente realizados.




En conclusión, es cierto que hace falta reformar algunos aspectos del sistema educativo y también una mayor mayor inversión en la escuela pública, no queramos igualar nuestro sistema a Europa si aún no estamos preparados porque con prisas las cosas no pueden salir bien. Y, desde luego,lo que también es necesario es recuperar algunos de los valores tradicionales y demostrar que nosotros, los estudiantes, podemos aportar nuestro granito de arena. Hay que depositar una mayor confianza en el sistema pues éste, junto con los padres, son los encargados de formar a los grandes profesionales del futuro.

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