martes, 27 de abril de 2010

La batalla de las redes sociales

Internet ha revolucionado el mundo de la información y nuestras vidas es algo evidente.

Uno de los grandes temas de actualidad son las redes sociales la brutal competencia entre ellas. Si vamos caminando por la calle y decidimos preguntar a las personas con las que nos cruzamos si forman parte de una red social, la respuesta será asombrosa. Hagan la prueba. Es increible el incremento de usuarios de estas redes. Facebook cuenta con más de 400 millones de usuarios en todo el mundo, Twitter más de 100 y Tuenti cuenta ya con 8 millones. Los datos nos muestran que si Facebook fuese un país sería el cuarto más poblado del mundo, superado tan solo por China, India y Estados Unidos.

Las ventajas de pertenecer a una red social son numerosas: podemos comunicarnos con otras personas en tiempo real, gracias a los chats y al resto de funciones de mensajes que ofrecen las redes sociales; podemos mantener el contacto con personas a las que ya no vemos o encontrar a otras con las que hace años perdimos el contacto; tenemos nuestro propio espacio personal para contar lo que queramos y que sea leído por las personas que visitan nuestro perfil; nos permite crear eventos con los que podemos invitar a nuestros amigos a cualquier tipo de celebración, así como campañas de concienciazión respecto a temas sociales, y un largo etcétera.

Cada día más y más gente accede a estas redes y se registra en ellas, pero ¿se han leído siquiera su política de privacidad? ¿Saben realmente el uso que dan estas redes a nuestros datos personales y al contenido que compartimos en ellas? La respuesta en la inmensa mayoría de los casos es que no. El caso "Marta del Castillo" abrió el debate en torno a la cuestión de la falta de privacidad en las redes socailes. Sin embargo, el número de usuarios no ha descendido. Al contrario, aumenta cada día. Que nos pierde la curiosidad y que en realidad nos importa demasiado lo que haga o deje de hacer el vecino está claro. Pero en mi opinión, la cuestión es más profunda: nos encontramos ante una sociedad en la que se empieza a entrever la falta de valores y en la que nos dejamos llevar por modas sin tan siquiera pensar en las consecuencias.

Le auguro aún muchos años de vida a las redes sociales. Hoy en día resulta casi imposible no pertenecer a una de ellas. Se tiene la sensación de que si no perteneces a una, no existes. No obstante, sería una lástima no utilizar todos los recursos que nos ofrece la red. Tratemos de hacer un uso más responsable de ellas pero no las veamos como enemigas de nuestra seguridad. ¿Estás preparado?


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